La Organización de los Estados Americanos (OEA) celebró el 15 de marzo el inicio del Año Internacional de los Afrodescendientes con una sesión extraordinaria del Consejo Permanente en la que se reafirmó el compromiso del organismo para trabajar en pos de la plena participación, libre y en igualdad de condiciones de este sector de la población en todos los aspectos de la vida política, económica, social y cultural de sus países.
“Espero que este año marque el comienzo de un compromiso más amplio y fuerte hacia los millones de personas de descendencia africana de las Américas. Han vivido durante demasiado tiempo en condiciones de discriminación, exclusión, marginación, pobreza, falta de acceso a servicios básicos y, en general, en una situación deteriorada con respecto al respeto, disfrute y cumplimiento de sus derechos humanos”, afirmó el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza.
En su alocución ante el Consejo, el máximo representante de la OEA constató que la plena integración de los afrodescendientes en la vida económica, social y política de sus países y el reconocimiento de su diversidad cultural “es una deuda aún no saldada”, porque los afrodescendientes, “hombres y mujeres, han contribuido singularmente y en muchas ocasiones anónimamente al desarrollo de la historia y la cultura de las Américas”.
Entre los aportes de los afrodescendientes, el Secretario General Insulza destacó específicamente “el sentimiento libertario contra toda forma de opresión”, manifestado por ejemplo en la revolución que llevó a la independencia haitiana, y los “movimientos en defensa y reivindicación de los derechos civiles, que han contribuido a fortalecer la democracia en la región”. Se calcula que en las Américas hay más de 170 millones de personas de origen africano, el 90 por ciento de las cuales vive por debajo de los umbrales de pobreza y, según destacó el Secretario General de la OEA, “sin participación o incidencia alguna en el desarrollo de sus países”.
Insulza recordó que la OEA trabaja, especialmente a través de su Departamento de Derecho Internacional, para integrar la temática afrodescendiente en sus programas, que en 2005 se creó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la Relatoría Especial para los Derechos de los Afrodescendientes y contra la Discriminación Racial, y que la Organización trabaja en la redacción de una Convención Interamericana contra el Racismo y toda forma de Discriminación e Intolerancia.
La ONU declaró 2011 como el Año Internacional de los Afrodescendientes de la ONU, una decisión de la que se hizo eco la OEA a través de una resolución aprobada en su XL Asamblea General. La resolución, disponible aquí, reafirma la importancia de la plena participación libre y en igualdad de condiciones de las y los afrodescendientes en todos los aspectos de la vida política, económica, social y cultural en los países de las Américas, y encarga además una serie de actividades a llevarse a cabo en la Organización en el marco del Año Internacional.
En la sesión del CP de hoy, varios prestigiosos funcionarios internacionales expusieron sobre el fenómeno de la discriminación racial. La actual Relatora sobre los Derechos de los Afrodescendientes y contra la Discriminación Racial de la CIDH, María Guillén, habló acerca del rol, objetivos, aportes y actividades de la relatoría creada en marzo de 2005. “La CIDH tiene en el principio de no discriminación uno de los principales pilares de todo el sistema democrático, y es de todos sabido que las y los afrodescendientes en las Américas han sufrido históricamente el racismo y la discriminación, al igual que la invisibilidad con respecto a su propia existencia y a su identidad”, afirmó.
El Profesor Cary Héctor, de la Universidad Quisqueya en Puerto Príncipe (Haití), destacó el papel fundamental de su país en la historia mundial y los aportes que Haití ha hecho a la herencia afro-descendiente del continente, destacando en particular el antiesclavismo, el antirracismo y el anticolonialismo. “Hoy en día la revolución haitiana no sólo no está olvidada, sino que es reconocida por el aporte que ha brindado a la humanidad”, afirmó.
Por su parte, la ex ministra de Cultura de Colombia, Paula Moreno, se refirió a la necesidad de que el Año Internacional de los Afrodescendientes traiga consigo una “transición sistemática de lo retórico a lo práctico”, lo cual –explicó- implica la generación de oportunidades y la construcción de agendas y compromisos medibles. “Este es un año para pensar estratégicamente en la integración étnica afrodescendiente como un proyecto macro regional”, afirmó, y aplaudió que en el seno de las actividades de la OEA se lidere “una agenda en donde nos integremos no a pesar de nuestras diferencias, sino por ellas, y en donde esas diferencias signifiquen la nivelación del punto de partida para todos los ciudadanos de la región”.
El Congresista estadounidense Donald M. Payne, Demócrata de Nueva Jersey, ofreció un análisis de los retos históricos y actuales que enfrentan los pueblos afrodescendientes en las Américas, destacando las adversas condiciones económicas, sociales y de salud, entre otras, que enfrentan. “Aunque vemos que falta mucho por hacer, la mayoría de los países en América Latina están reconociendo que ha habido un problema racial y que, para seguir adelante en este milenio, hay que prestarle más atención a ese problema”, concluyó.
En una presentación conjunta Epsy Campbell y Walter Robinson, copresidentes de la Comisión Nacional Afrocostarricense, hicieron referencia a la representatividad y participación política de las mujeres afrodescendientes y a la oportunidad de tener una actitud distinta frente al tema. “Cava vez más mujeres afrodescendientes asumen que una de las formas de romper el circulo de la exclusión es buscando espacios políticos para visibilizarse y ser ellas mismas actoras protagonistas de una democracia nueva que las incluya”, afirmó Campbell. Ambos presentaron además una serie de recomendaciones para ser adoptadas con motivo de la celebración del año dedicado a las personas de origen africano, entre ellas: la generación de datos estadísticos para identificar brechas de desigualdad; el establecimiento de estrategias de inversión social para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio; garantizar espacios de participación política para la mujer y el pueblo afrodescendiente; y sensibilizar y educar a las generaciones futuras para erradicar el racismo.
El Presidente del Grupo de Trabajo Encargado de Elaborar un Proyecto de Convención Interamericana contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación e Intolerancia, el costarricense Danilo González, habló acerca de las responsabilidades, antecedentes y compromisos del Grupo que lidera e informó que los avances de dicha negociación “han sido modestos”, a pesar del compromiso expresado por los Jefes de Estado y de Gobierno, dadas las diferencias de criterio que se han producido en la tarea de abordar la problemática a través de uno o mas instrumentos jurídicos.
Finalmente, el Presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) de México, Ricardo Bucio Mujica, se refirió a la plurietnicidad y la pluriculturalidad en el marco de su propio país y aseguró que la democracia “que no sirve para generar igualdad en el ejercicio de los derechos, libertades, o para contar con los mecanismos de protección del Estado para todos sus ciudadanos, es una democracia que se vacía de su más profundo sentido y contenido”.
Al termino de las exposiciones, los representantes de los Países Miembros de la OEA aludieron a la necesidad de continuar con el dialogo regional en esta materia, y resaltaron el papel de la CIDH en la protección y defensa de los derechos de la población afrodescendiente. Los representantes de Panamá, Antigua y Barbuda, Brasil, Colombia, Guatemala, Ecuador, Nicaragua, República Dominicana, Estados Unidos, Canadá, Uruguay, Dominica, San Kitts y Nevis, Costa Rica, Venezuela, Bolivia y Argentina se refirieron a las medidas que sus propios gobiernos han implementado para promover los derechos de los afrodescendientes y mejorar sus condiciones de vida, y reiteraron el firme y continuo apoyo de sus gobiernos a esta causa.
Representantes de organizaciones de la sociedad civil registradas ante la OEA tuvieron la oportunidad de intervenir en la sesión especial del Consejo, y coincidieron en el llamado a los Estados a la pronta aprobación de la Convención Interamericana contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación e Intolerancia.
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