28 de Mayo. Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer
Llamado a la Acción 2012 RSMLAC
Salud integral, derechos sexuales y derechos reproductivos plenos: Defendamos el Consenso de El Cairo para seguir avanzando
En conmemoración del 28 de Mayo, Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe ha lanzado su llamado a la acción de 2012: “Salud integral, derechos sexuales y derechos reproductivos plenos: Defendamos el Consenso de El Cairo para seguir avanzando”.
Esta demanda busca reafirmar, una vez, más la importancia del consenso de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, CIPD (El Cairo, 1994) y su Programa de Acción, para promover los derechos de las mujeres, en especial aquellos relativos a la salud integral y la salud sexual y reproductiva y los derechos correlativos. Y, al mismo tiempo, este llamado enfatiza que este Consenso histórico no debe considerarse un techo sino una puerta abierta a mayores avances en temas clave, respondiendo a los desafíos que plantea el contexto actual en temas de salud de las mujeres, derechos humanos y población.
Por lo tanto, y tomando en cuenta que en 2014 se cumplirán los 20 años desde la realización de la CIPD y concluye el plazo fijado para la implementación total de sus acuerdos, la RSMLAC convoca a:
• Renovar activamente el compromiso con dicho consenso y con mayores logros en temas de salud integral, salud sexual y reproductiva y los derechos correspondientes, especialmente en su vínculo con la población y el desarrollo.
• Aportar a su mayor visibilización y difusión a nivel de la sociedad en su conjunto, y contribuir a su apropiación por parte de las mujeres, en su más amplia diversidad.
• Generar nuevas alianzas y estrategias en torno a la implementación de su Programa de Acción en los países, exigiendo a los gobiernos que cumplan sus compromisos firmados el año 1994 y en los sucesivos seguimientos, tanto en términos de entrega de financiamientos, adopción de políticas y programas, como en el impulso a legislaciones acordes, para beneficio de todas las personas, y en especial de las mujeres.
El consenso de El Cairo fue aprobado en 1994 por un total de 179 países. Se distinguió por su abordaje holístico y transformador del tema de población en su vínculo con el desarrollo humano, con la protección del medio ambiente, con el enfrentamiento a la pobreza y la violencia, el mejoramiento de la condición de la mujer, la defensa de la salud integral y de la salud sexual y reproductiva en particular, incluyendo el abordaje del aborto inseguro, las necesidades de adolescentes, la prevención del VIH/SIDA, entre muchos otros aspectos. Priorizó por el bienestar individual y colectivo, por la igualdad y equidad entre los géneros, y el respeto pleno a los derechos reproductivos como derechos humanos. Alejándose de metas demográficas de anteriores conferencias en el tema, la CIPD enfocó a las mujeres como sujetas de derecho y como elemento clave para el desarrollo de los pueblos. Asimismo, como sujetas con autoridad moral y capacidad para autodeterminarse en todo aquello relativo a su vida, sexualidad y reproducción…
No se puede desconocer, sin embargo, que tanto en la Conferencia de El Cairo como en sus procesos de seguimiento a los 5, 10 y 15 años, conceptos tales como el empoderamiento, la autonomía y la libertad de las mujeres y de adolescentes para tomar decisiones informadas, y los derechos sexuales, han concitado una oposición extrema liderada por la Santa Sede, países islámicos y gobiernos conservadores de distintas regiones, incluyendo varios de América Latina y el Caribe. De hecho hasta hoy estos sectores persisten en atacar y satanizar el consenso de El Cairo y temas vinculados, en especial los relacionados con la salud y derechos de las mujeres, la población joven y la diversidad sexual. Esto, unido a la falta de voluntad política de los gobiernos y de los países donantes respecto de los compromisos financieros y programáticos que firmaron en El Cairo y que son indispensables para alcanzar las metas, ha sido un obstáculo para su implementación efectiva.
Junto a ello, la aprobación el año 2000 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ha sido otro factor negativo. Los ODM no incorporan explícitamente los grandes avances conceptuales logrados en la serie de conferencias mundiales de la década de los años 90, en especial, los alcanzados en la CIPD y en la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing (1995), con sus agendas inclusivas. De hecho tan solo en su primera revisión de cinco años, se logró incorporar la salud sexual y reproductiva dentro de sus metas, gracias a la presión del movimiento internacional de mujeres.
Y tampoco confrontan los negativos efectos de la compleja coyuntura mundial que hoy vivimos, en la cual las fuerzas fundamentalistas religiosas, por un lado, y los modelos económicos neoliberales, por otro, se confabulan y potencian para oponerse a que las mujeres detenten una categoría de ciudadanas en todos los ámbitos de sus vidas.
Efectivamente, las políticas neoliberales capitalistas, que en las últimas décadas han acentuado gravemente las condiciones de desigualdad, inequidad y exclusión social, con impacto desproporcionado en las mujeres, se constituyen en sí mismas una barrera que pretende ser inexpugnable para cualquier avance que se sustente en las libertades de las personas y en una real justicia social, económica, medioambiental y de género. Frente a ello, los movimientos sociales, de los cuales las mujeres son parte, claman por profundos cambios estructurales que hagan otro mundo posible.
Los 20 años de la CIPD
Desde 1994 en adelante el movimiento de mujeres nunca ha abandonado su rol de control y vigilancia ciudadana y ha monitoreado permanentemente a los gobiernos y su actuar respecto de lo acordado en El Cairo y sus sucesivos seguimientos. También ha establecido nexos con la institucionalidad de Naciones Unidos para exigir y garantizar que las voces de las mujeres estén presentes en dichos procesos de revisión.
En 2014 la Asamblea General de Naciones Unidas con el UNFPA a la cabeza, ha iniciado un nuevo proceso de Revisión Global del Programa de Acción de la CIPD en el plazo fijado para su total implementación, y los resultados serán compilados en un informe sobre avances, retrocesos y estancamientos que persisten en cada país. Esto permitiría canalizar esfuerzos en los aspectos más débiles que se observan en los ámbitos nacionales, así como también presionar a todos los organismos involucrados, incluso a niveles internacionales. Para ello, el UNFPA ha elaborado un cuestionario a ser respondido por los Estados durante 2012, y asimismo, está llevando a cabo reuniones regionales de consulta, todo lo cual permitirá contar con un panorama global en el tema.
La Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, que impulsó entre 1996 y 2004 un monitoreo y seguimiento de la implementación de los acuerdos de la CIPD en 7 países de la región, también se ha articulado en los últimos años con distintas redes, coaliciones y organizaciones de mujeres para seguir impulsando el consenso de El Cairo y avanzar más allá. Para ello formó parte del Comité Coordinador Regional (CCR) que ha trabajado con el UNFPA en las reuniones de consulta regionales realizadas en el Caribe (Jamaica) y otra en Latinoamérica (Uruguay).
En estos espacios se buscó potenciar las voces de las organizaciones de mujeres y de otros movimientos sociales en el camino a la revisión final del Programa de Acción de El Cairo el año 2014, con la expectativa de explorar además nuevas estrategias para garantizar que la salud y los derechos de las mujeres en temas pertinentes a dicha conferencia, estén plenamente garantizados.
Mayores informaciones sobre estos procesos: