La incidencia en esta población es “el doble” que la que sufre el resto de la población, advirtió la directora en la región del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Rebeca Grynspan.
Grynspan se expresó así en la presentación en Montevideo del seminario ‘Las mujeres afrodescendientes y la cultura latinoamericana: identidad y desarrollo’, en el que participan representantes de 17 países latinoamericanos.El encuentro, organizado por la Dirección Regional del PNUD y financiado por la Comisión Europea y el Gobierno de Noruega, fue inaugurado, a través de videoconferencia, por el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, quien no pudo acudir por su asistencia a la Asamblea General de la ONU en Nueva York.Iglesias ensalzó la “creatividad” y la “tenacidad” de las mujeres de ascendencia “afro” y recordó que a lo largo de sucesivas generaciones “han sido enfrentadas a una doble discriminación” en América Latina: por ser “mujeres” y por ser “afrodescendientes”.Iglesias subrayó que los colectivos de origen africano constituyen “entre un 20 y un 30 por ciento” de la población latinoamericana y han realizado “aportaciones de mucho valor que hay que reconocer y asumir como propias, porque nos pertenecen a todos”.Por su parte, Grynspan lamentó “la prolongada discriminación de la población afrodescendiente” en América Latina, en la que la incidencia de la pobreza “duplica” a la que sufren el resto de los ciudadanos de la región.Asimismo, la tasa de mortalidad infantil es “entre un 40 y un 50 por ciento más alta entre los afrodescendientes que en el resto de la población”, advirtió la directora regional del PNUD para América Latina y El Caribe.El desempleo, los niveles de escolaridad y el acceso a la salud son otros ámbitos en los que se pone de manifiesto esa situación de desigualdad. “Los datos demuestran que hay que superar la tiranía de los promedios, que esconden más de lo que reflejan”, aseveró Grynspan, quien recalcó que “la desigualdad no es sólo resultado de la discriminación del pasado”, sino de la que tiene lugar en la actualidad.La experta recordó que “el desarrollo es incompleto mientras persistan formas de discriminación” y resaltó que “el exceso de pobreza” en América Latina es “resultado de un exceso de desigualdad”.Por ello, la lucha no sólo debe orientarse a erradicar la pobreza sino también a disminuir las desigualdades de género, raciales y territoriales, opinó Grynspan.”Ser pobre en América Latina es, sobre todo, la imposibilidad de ejercer plenamente la ciudadanía”, aseveró la directora regional del PNUD. Es preciso impedir que la crisis económica internacional “convierta la pobreza coyuntural de América Latina en estructural”, como ocurrió durante la crisis de la década de los años ochenta, añadió.